Es sacrificada, a veces duele, es agotadora y no es como nos la imaginábamos cuando estábamos embarazadas. Sí, al principio, la lactancia materna es una prueba dura de superar. Mucho más si no tienes ayuda ni en quien resolver tus dudas. (Si estás en Tenerife aquí te dejo la mejor asesora de lactancia de la isla) Pero pasados los meses, el agotamiento y el conocimiento mutuo no cabe duda de que, además de mucho más cómoda que transportar y preparar biberones, la lactancia materna se convierte en algo, simplemente, mágico.
Es maravilloso poder reflejar en una sesión de fotos de lactancia ese vínculo irrepetible indescriptible que se genera cuando damos de mamar a nuestro bebé. Lleves dos meses o tres años, la sesión de lactancia materna en estudio es un recuerdo increíble, tanto para ti como para tu bebé. Seguro que si me sigues ya me habrás oído decir que las fotos son también parte de la herencia que les dejamos a nuestros hijos y que esas fotos que te sacas con ellos, de lactancia o de cualquier otra cosa, son más para ellos que para ti.
En esta última sesión de lactancia que hicimos en nuestro estudio, se trataba de una lactancia prolongada. Tres años, nada menos. Se trata de una sesión muy especial porque a esta edad, la sesión la dirigen ellos con su personalidad y sus gustos. No es lo mismo cuando, le hacemos fotos a un bebé de meses que en la mayor parte de los casos se nos duerme al pecho.
Sus gestos, sus sonrisas, sus miradas sus bromas… Aprovechamos e intentamos capturar esos vínculos madre e hija más allá del alimento. Y por momentos, créanme que se vuelven instantes mágicos.
Esta mami y su pequeña siempre tendrán ese recuerdo de su lactancia solo para ellas.
Si tú también quieres regalar o regalarte un recuerdo así, puedes saber más sobre nuestras sesiones de lactancia en estudio, exterior o a domicilio enviándonos un correo a hola@lasfotosdemama.com. Te informaré encantada. También puedes seguirnos en nuestras redes sociales Instagram o Facebook
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